Valencia (España) 1981
angelabermudez82@yahoo.es
Crecida entre virutas y herramientas del taller familiar de joyería. En 2005 finalizo la Licenciatura de Bellas Artes en Valencia. Creo mi propio taller y me embarco en la difícil empresa de casar oficio y arte. Con esta finalidad indefinida suelto amarras en los estudios de Joyería Artística de la EASD de Valencia, en cuyas cuadernas se salva del desguace el valor ancestral de la joyería como vínculo personal con el mundo. El soplete y la segueta me reconquistan inflando mis velas y mis ganas de explorar sus infinitas rutas hasta la actualidad.
T urismo de interior
El turista de
interior pide un café solo y saborea el aroma concentrado del universo, cuando
tiene un rato busca entre las rendijas de las cosas y las personas para
presenciar el nacimiento de una idea o de la reproducción de las estrellas.
Turismo de interior
Instantaneas, 2010
Colgantes; Madera, plata, latón, lentes.
Fotos: Adolfo López/ Ángela Bermúdez
Memento Vivi, 2010
Colgante; algodón, plata, latón, cuero
Colgante; algodón, plata, latón, cuero
El Turista de Interior mira a un gato atento a un pájaro que pasa
que, a su vez, está calculando resistencia de la rama en la
que va a reposar. Las miradas se cruzan creando un tejido que sirve de
estructura invisible de las imágenes. El turista de interior sabe que si no
hubiera ojos que imaginan- que crean imágenes desde su interior y las
proyectan- no habría mundo.
Cumplir los deseos de las rocas
Cumplir los deseos de las rocas, 2009
Tapones para nariz, boca y orejas; Corcho, plata.
Tapones para nariz, boca y orejas; Corcho, plata.
Fotos: Adolfo López
Kohan ni shitagu (Cumplir los deseos de las rocas) es uno de los principios a seguir para el que se disponga a estructurar un jardín japonés. Con esta práctica se busca la recreación del equilibrio inestable que originalmente lleva a cabo la Naturaleza. Desconozco los deseos de las rocas, pero en algunos momentos las envidio.
Deshabitantes
Broches; Gasa,
acrílico, esparto, plata.
Fotos: Adolfo López
Los días pasan, quedan atrás ideas y recuerdos con fecha de caducidad, entretanto algunas ideas nacen aprovechando los espacios recién desocupados en la memoria. Sin embargo hay huecos que, sin saber por qué, nunca vuelven a rellenarse. Estos vacíos nos habitan, representan algo que se ha ido, la crisálida o el nido de algo que voló ya no importa a dónde, un cambio, ni bueno ni malo, del que conservamos únicamente el envoltorio.
Los días pasan, quedan atrás ideas y recuerdos con fecha de caducidad,
entretanto algunas ideas nacen aprovechando los espacios recién
desocupados en la memoria. Sin embargo hay huecos que, sin saber por
qué, nunca vuelven a rellenarse. Estos vacíos nos habitan, representan
algo que se ha ido, la crisálida o el nido de algo que voló ya no
importa a dónde, un cambio, ni bueno ni malo, del que conservamos
únicamente el envoltorio.