Valencia (España) 1978.
elvirahmateu@viruthiers.com
En 2002 me licencio en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia especializándome en materias como la fundición a la cera perdida o la microfusión, y tomando contacto con los metales nobles y el concepto de trasladar la escultura al cuerpo. En 2004 comienzo a investigar en el campo de la joyería de manera autodidacta. En 2008 inicio los estudios de Joyería Artística en la EASD de Valencia, donde en la actualidad desarrollo mi Proyecto Final de Carrera mientras trabajo en mi propio taller creando objetos portables y otras iniciativas artísticas.
Mi trabajo nace de mi interés por la Naturaleza y los intentos del ser humano por aprenderla y aprehenderla mediante estudios de anatomía, botánica, entomología... o un simple paseo bajo los árboles.
Las piezas que realizo, con metales que se transforman con el paso del tiempo y objetos encontrados con anteriores vidas, buscan contagiar esa necesidad de observar con curiosidad, fascinación y respeto.
Habitantes de Cajones. Espécimen 02
Habitantes de Cajones. Espécimen 02, 2012
Vendaje con prendedor; tela, encajes, lacre, hilo, cinta elástica, plata.
Fotos: Adolfo López
Habitantes de cajones. Fauna doméstica evolucionada a partir de la memoria cuyo alimento son los legados familiares materializados en patrones de costura, piezas de encaje y tejidos bordados, transmitidos de generación en generación. El transcurrir del tiempo puntada tras puntada, vivencias atrapadas en cada nudo.
Pequeño bestiario cuyo estudio anatómico revela sistemas sanguíneos en forma de hilaturas.
Espécimen 02: Ejemplar en estado de ninfa de costumbres solitarias. Seleccionando con cuidado los cuáles, los dónde y los cuándo, a modo de retales que une pacientemente, elabora una nueva piel en la cual retirarse para nutrirse mientras busca su identidad.
Condecoración al Ciudadano Hipotecado Medio
Condecoración al Ciudadano Hipotecado Medio, 2012
Broche; Listones de madera de maquetista, latón, listones.
Fotos: Adolfo López
La condecoración al ciudadano hipotecado medio se concede
a aquel civil titular de crédito hipotecario sobre su vivienda habitual y tiene
por objeto premiar los méritos a la constancia ejemplar en el cumplimiento de
sus deberes hipotecarios.
Tomando
como referencia la tipología de pasador de condecoraciones militares, 24
celdillas forman en filas de a cuatro. La número 25, reluciente, señala el
objetivo.
25
años es la duración media del crédito hipotecario español.
25
años durante los cuales el ciudadano hipotecado va construyendo su decorado
entre bastidores.
bastidor. // 2. Armazón de listones o maderos, sobre el
cual se extiende y fija un lienzo o papel pintados; y especialmente cada uno de
los que, dando frente al público, se ponen a un lado y otro del escenario y
forman parte de la decoración teatral.
Para
la realización de esta insignia solicité a personas de mi entorno cercano que
aportaran un trozo de tela procedente de su vivienda hipotecada; tapicería,
mantelería, ropa de cama… telas con las que han convivido y de las que
recibieron calor de hogar.
Cada
celdilla entelada equivale a un nombre, una historia, un decorado, un año
pagado, un año de hogar.
Una
insignia a sumar, anhelando la número 25.
La
pieza se acompaña de un muestrario de las telas empleadas, cada una de ellas
marcada con una referencia compuesta por las iniciales de su propietario y la
numeración correspondiente a la fecha de inicio de su hipoteca y su fin.
Una
pequeña muestra de ciudadanos merecedores de esta distinción.
Un
honor otorgarla.
Enhorabuena
y buena suerte.
Cadena desoxirribonucleica
Cadena desoxirribonucleica, 2009
Collar; Cabello, lacre, fieltro, silicona, utensilios.
Fotos: Adolfo López
Cabellos de tres generaciones de mi familia, abuela-madre-hija, actúan como eslabones de una cadena frágil, a ratos invisible.
Gotas de lacre de aspecto sanguíneo evidencian la unión, el sello que desvela su pacto.
El pacto de poder ser mujeres diferentes, a veces tanto, a veces opuestas... y al mismo tiempo ser una misma y única, que se perpetua en el tiempo.
Contra la ceguera
Contra la ceguera, 2009
Antifaz; Venda textil, hilo, perlas; 8 x 29 x 0,5 cm
Fotos: Adolfo López
Fotos: Adolfo López
Mi hipocondría hacia la pérdida de visión me llevó a crear un amuleto para protegerme de esos pensamientos que a veces me acechan.
La enfermedad degenerativa de la visión que padeció mi abuelo en sus últimos años de vida y las atenciones que mi abuela le procuraba, fueron el punto de partida. Los ojos de él recibían de las manos de ella gotas, infusiones, emplastos, ungüentos, masajes y caricias. El alivio que él sentía al recibir los cuidados de ella, era la sensación que necesitaba transmitir mi objeto sanador.
Para ello utilicé elementos que les pertenecieron y con los que tenían un fuerte vínculo, cargados de una simbología concreta, capaz de transmitir la energía adecuada. La venda, convertida en antifaz, que envuelve y retiene. Las perlas, asociadas a lo femenino, a aquello que la mujer ofrece, formando una pareja de círculos o anillos, para acoger los ojos y proporcionarles un suave estímulo.
Poderoso amuleto al cual recurrir en momentos de fatiga, malestar o estrés. O simplemente en momentos que apetece cerrar los ojos a un entorno poco amable para recibir el contacto sanador y cálido, de los abuelos.
Libadores de hilaturas
Libadores de hilaturas, 2010
Broches sobre tabla; Plata, latón, tejido; Medidas variables, tabla 75 x 35 cm
Lepidópteros nocturnos. Habitantes de la sombra doméstica cuyo alimento son los tejidos de las prendas que usamos como segunda piel y nos hablan de lo que perece y lo que permanece.
Las piezas realizadas en plata y latón descansan sobre tablas que pertenecieron a armarios de la antigua casa familiar, tallados a modo de nidificaciones y de donde pueden extraerse para su uso como elemento de joyería. Estas polillas son los habitantes que allí se formaron, alimentándose de lo que luego sería parte de ellas.
The Pentel Pen
The Pentel Pen, 2011
Objeto portable; Bolígrafo Pentel y sus componentes, plata.
El instrumento de escritura de la mítica casa japonesa Pentel, convertido en contenedor de nostalgias, aprendizajes y placeres sencillos de tinta y papel.